domingo, 19 de enero de 2014

Los tres objetos indispensables en el budismo (III) La campana

Con esta entrada damos por acabada la serie de Los tres objetos indispensables en el Budismo.
La campana simboliza, de una manera general, la vacuidad , noción fundamental del budismo y a menudo mal comprendida en Occidente, donde ésta se asocia sin razón a la noción de la nada. Ahora bien, la vacuidad no significa que no significa nada, sino que los fenómenos no existen tal y como nosotros los percibimos debido al velo de la ignorancia que cubre nuestra mente.

La campana está formada por varias partes:


  • La parte inferior, su parte hueca, representa la vacuidad y el badajo el "sonido" de la vacuidad.
  • En la parte de arriba de la cúpula, donde se inserte el mango, encontramos dibujado el Loto de ocho pétalos que simboliza a los ocho bodistvas femeninos, asociados a la idea de la vacuidad como todas las divinidades femeninas.
  • En la parte inferior del mango, la más  cercana a la campana, encontramos el vaso, que contiene el néctar de las realizaciones.
  • Encima del vaso, encontramos el rostro de la divinidad femenina de Prajnaparamita, símbolo del conocimiento de la vacuidad.
  • En la parte superior del mango encontramos el vajra o dorje cuya simbología podéis encontrar en entradas anteriores.
 Campana tibetana




La campana forma pareja con el Vajra, su unión representa la unión de la sabiduría y de los medios hábiles, o también del conocimiento y de la compasión; además es la unión de los principios femenino y masculino. El vajra y la campana, en razón de su poderosísima función simbólica, se utilizan con frecuencia en el curso de un ritual, o una meditación, sosteniendo siempre el dorje  en la mano derecha y la campana en la mano izquierda.

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